jueves, 30 de agosto de 2012

© DAVID JONN

© DAVID JONN

Para que puedan ubicarse haré una pequeña introducción y pasaré a contarles mis esfuerzos y contratiempos para tratar de comprar un par de entradas para el partido de Perú contra Venezuela y Argentina. Y ¿por qué los dos partidos? Les contaré más adelante.

La selección peruana de fútbol juega a inicios de Septiembre una doble fecha de Eliminatorias para el Mundial Brasil 2014: Contra Venezuela y Argentina, y las entradas comenzaron a venderse a partir de hoy. Pero una vez más la organización y la falta de seriedad volvieron a reinar, acabando como casi siempre en incidentes, peleas, reclamos, revendedores, “colados”, abusos.

El máximo de entradas permitida por partido es cuatro (4). Sin embargo, las personas que se dedican al “negocio” de la reventa se llevan 10, 20 o  30 (en algunos casos más) entradas en una sola compra o termina de comprar y regresa a la cola y sigue comprando. Supuestamente la FPF (Federación Peruana de Fútbol) debería tomar algunas medidas para combatir ese maltrato hacia los demás hinchas que en su mayoría dejan sus trabajos, estudios y tienen que hacer una cola de más de 6 horas, pagando con dinero que no se tiene o que estaba destinado a otra cosa, y que al final por culpa de unos cuantos “vivos” que se llevaron 20 entradas cada uno, no pueda darse el gusto de salir de esa cola eterna con una entrada en su mano.

Quiero creer que este problema se está solucionando. La FPF, la empresa que se encarga de vender (Tu Entrada), la Policía que se encarga de la seguridad, revendedores, etc. Y hablo de problema porque sino estaríamos ante una forma muy organizada de robar en un negocio gigante. Es decir, estaríamos hablando de MAFIA.

Pero no me consta ello y lo único que se tiene son las declaraciones de varias personas que expresan sus molestias ante ciertas irregularidades y extraños movimientos a la hora de comprar. Pero dicen por ahí que la voz del pueblo es la voz de Dios, así que es importante tomar en cuenta estas acusaciones, analizarlas y sacar conclusiones cada uno de lo que está pasando con la venta de entradas cada vez que juega la selección.

ORDENAR A MÁS DE 100 PERSONAS PARA QUE LAS ENTRADAS “SE ACABEN” EN LAS PRIMERAS 30

En la mayoría de los puntos de venta (por no decir todos) la venta de entradas acabo entre el comprador N° 30 y 70 de la fila. Y me parece que lo más lamentable y que una vez más comprueba la ineficiencia e incapacidad de los que debería facilitar la venta, es que se repartieron tickets para poder controlar el orden y al final hubieron muchos que se quedaron con el ticket en la mano y sin entrada. ¿Para qué ordenar a una persona que no va a comprar entrada? Y la respuesta ante esta pregunta simple, solo termina con seguir creyendo que esto ya no se llama “Apoya a tu Selección” por ningún lado.

FALTA DE APOYO EN LAS BOLETERÍAS

Es algo común que el vendedor se demore una eternidad para dar el boleto (No es novedad). Y aquí yo me pregunto ¿por qué, si saben el día que se espera, no refuerzan  con un apoyo tanto físico como tecnológico.  En parte también es por el comprador al demorarse en elegir su ubicación dentro del estadio. Lo extraño es que se demore más de lo normal con una sola persona. La fila no avanza y recién cuando se empiezan a escuchar pifias y reclamos, se reactiva el movimiento y comienzan nuevamente a avanzar. Extraño, ¿no?

LA SEGURIDAD

La seguridad tampoco se salva. Revisan DNI (que ya sabemos que no es la mejor manera de controlar a los revendedores), miran a la cara y se hacen los malos. “Sabemos quienes son los revendedores” dicen. Sin embargo, el único caso que pudieron controlar fue cuando un revendedor corto de inteligencia se puso a ofrecer entradas al final de la fila, creyendo que ganaría ya que la fila no avanzaba y había pasado bastante tiempo. Pero al final todos lo terminaron acusando y el policía lo único que hizo fue sacarlo del lugar. El único caso. Si hubo revendedores o no (lo más probable es que sí), los policías ni enterados o si se enteraron de la presencia de alguno de ellos, no hicieron nada. Total, mientras la gente no reclame, ellos están bien felices “cuidando”. ¡Bravo!

Y entonces el resultado final fue el de casi siempre. Las entradas se agotaron y solo se vendió a un poco menos de la mitad de los que estábamos haciendo fila desde temprano. Y otra vez siento una extrañeza con este movimiento. Ya que justo se acabaron 3:00 pm, que curiosamente es la hora de refrigerio de la empresa que realiza la venta de las entradas (Tu Entrada). El caos se armó y toda la gente se fue encima del puesto. Pero los reclamos y gritos no ayudan mucho. Todo esta perdido y poco a poco las personas fueron saliendo, enfadados, algunos corriendo para buscar otro punto de venta y tener una mejor suerte, otros llamando por móvil esperando obtener algún dato sobre las entradas restantes.

En mi caso, yo me preguntándome todo lo que he escrito aquí, La realidad nos hace ver a los revendedores como los malos de la película y que todos estamos en contra de ellos y tenemos que sacarlos de una vez. Pero que sigan haciendo lo mismo partido tras partido hace pensar y preguntarse: ¿En realidad están solos? ¿Cómo entran y entran y vuelven a entrar a la fila? ¿Por qué les venden más entradas? Muchos hablan de una mafia.

Lo único que me queda claro es que no se quiere solucionar absolutamente nada. Y por último, resulta curioso que la FPF no quiera poner una solución, ya que en teoría esta no está ganando nada con la reventa, salvo que haya algún acuerdo beneficioso. Porque si estás ganando o hay algo que te favorece haces que todo siga como antes. Y acá tengo que mencionar algo que se me está pasando decir: La famosa promoción “Apoya a tu selección siempre”, que consiste en tener la posibilidad (en partidos de fecha doble) de comprar por adelantado entradas para el segundo partido cuando compras el primero (misma cantidad, misma ubicación).

No sé. Lo dejo ahí. Que cada uno saqué sus propias conclusiones y tome sus propias decisiones. Ya saben a qué enfrentarse si van a comprar entradas para los partidos de Perú. ¡Buena suerte!

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